lunes, 5 de mayo de 2008

La tetera en la palma de la mano

Hay quien dice que se puede poner una tetera metálica, recién retirada de la hornalla, sobre la palma de la mano sin que esto provoque una quemadura, a pesar de que el agua sigue hirviendo.
La mano empieza a sentir calor sólo después de algunos segundos.
¿Cómo explicar este fenómeno?
Se suele interpretar equivocadamente el hecho descrito al plantear el problema, aunque, de por sí, es cierto. Generalmente se cree que la mano no siente el calor de la tetera con agua hirviendo porque parte considerable se consume para continuar la ebullición. El calor necesario para la ebullición se toma de las paredes del recipiente, en particular, de su fondo, debido a lo cual desciende la temperatura de este último. Cuando cesa la ebullición, el fondo deja de transmitir su calor al agua, y la mano empieza a sentir calor.
Esta explicación es errónea, pues no aclara por qué las paredes laterales queman más que el fondo; además, no considera el hecho de que a consecuencia de la evaporación el fondo de la tetera no puede tener una temperatura menor que el agua contenida en ella; en este caso la temperatura del agua es de unos 100 °C, o sea, es suficiente para quemar la mano.
La causa real de este fenómeno consiste en lo siguiente: la humedad (el sudor) de la palma de la mano entra en contacto con el fondo de la tetera, pasando al llamado «estado esferoidal»; en un primer instante después de retirar la vasija del hornillo, el fondo tiene calor suficiente para ello.
Mas, cuando su temperatura está por debajo de 150 °C, ya no hay humedad que se encuentre en estado esferoidal, por lo cual el calor se siente más.

(Adaptado de un libro de Yakov Perelman)

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